Hacia una cultura de inclusión, el aporte de los denominados ajustes razonables
Programa UV Inclusiva realizó taller orientado a académicos de ciencias básicas.
Transformar las prácticas académicas para beneficiar los resultados de aprendizaje, impactar positivamente a nivel institucional y avanzar hacia una cultura inclusiva fueron los objetivos del taller “Aplicación de ajustes razonables con enfoque en ciencias básicas”, organizado por el Programa UV Inclusiva, dependiente de la Dirección de Asuntos Estudiantiles.
La actividad, desarrollada en el CIAE, estuvo a cargo de María Teresa Hidalgo, educadora diferencial y académica UPLA, reconocida a nivel nacional en temas de inclusión y directora del Centro de Estudios para Sordos de Valparaíso.
La especialista comentó que la finalidad del taller fue “compartir apoyos y reflexiones sobre los procesos de aprendizaje. Cuando tenemos estudiantes en situación de discapacidad es importante revisar los recursos que se cuentan para lograr sus aprendizajes desde el concepto del diseño universal y analizar cómo hacer accesible el material de apoyo a la enseñanza y específicamente a la evaluación”.
“Todavía persisten algunas barreras actitudinales potentes entre los académicos. Se ha flexibilizado el currículum, pero no las prácticas, que son las que nos llevan a tener resultados. Hay que avanzar más rápido, porque las nuevas generaciones ya vienen con otras formas de mirar sus aprendizajes. Debemos estar sintonía con esas necesidades que presentan los estudiantes actuales, que no son los mismos de años atrás”, asegura.
Durante el taller la educadora desarrolló una revisión sobre la normativa actual: “Tenemos el deber ser, pero lo relevante es lo que tenemos que hacer y eso se logra desarrollando acciones puntuales frente a algunas situaciones de discapacidad y los recursos que tenemos para dar respuesta. La mayor diferencia se nota en el tipo de apoyo, tenemos estilos para hacer docencia y evaluación según el área, pero hay algo transversal, que es la mirada de accesibilidad universal que deberíamos tener”.
Pero, ¿qué nos falta para ser una sociedad inclusiva? La académica responde que “fundamentalmente personas que crean que eso es posible. No es una utopía, es una realidad que se puede lograr, pero hay que involucrar compromisos personales y profesionales”.
Promover la inclusión
Skarlett Seith, trabajadora social y coordinadora de UV Inclusiva, explica que “el objetivo del programa es sensibilizar, difundir y promover la inclusión dentro de la comunidad universitaria a través de actividades de sensibilización y formación, con iniciativas abiertas y triestamentales, algunas solo dirigidas a estudiantes y otras solo a académicos, dependiendo de las necesidades que se van levantando, y enfocado en áreas específicas”.
“Este taller nace a raíz de una necesidad de académicos de implementar estrategias de contenidos y evaluación en el aula respecto a las personas que se encuentran en alguna situación de discapacidad o que pertenezcan al Trastorno del Espectro Autista (TEA) y que requieran alguna adaptación o ajuste en la enseñanza”, indica.
La coordinadora menciona que el foco está en los ajustes razonables: “Están contemplados por ley como medidas que se pueden tomar para adaptar las formas de pasar contenido y evaluación para que una persona TEA o en situación de discapacidad pueda de mejor manera llevar a cabo su proceso educativo. No están tipificados, porque dependen de cada necesidad estudiantil, como ampliar la letra, hacer evaluaciones accesibles o formular preguntas dependiendo de la dificultad de cada estudiante. Son ajustes pequeños que no requieren mayor esfuerzo. Buscamos entregar herramientas a los académicos respecto de cómo se aplican con ejemplos concretos para pautas de evaluación en el aula, enfocado en las ciencias básicas, matemática e ingeniería. Luego será el turno de humanidades, ciencias sociales y educación”.